
10 Ago AMOR DE NIÑO
Esa noche como en anteriores ocasiones desde hacía varias semanas, tenía mi cita con Jose Luis, que como siempre vendría a recogerme sobre la una de la madrugada al callejón de Nebot con camino de Ronda.
José Luis ,era el chico con el que mantenía una relación muy bonita y secreta, pues yo tenía 13 años y él 28.
Él era muy dulce, cariñoso, experto en lo sexual, muy delicado, rubio de ojos verdes, tenía unas pestañas muy pobladas largas y más oscuras que le hacían más intenso el color y más interesante su mirada, su boca era muy marcada con labios prominentes, siempre dispuesta para alabarme o besarme. Su estatura era un poquito más baja que la mía, pero tenía un cuerpo escultural. Cada músculo se dejaba ver bajo una piel dorada que le hacía muy apetecible e irresistible.
Sin duda fue mi maestro sexual ya que era activo y pasivo ,siempre encontraba la postura perfecta para darme y darse placer. Todo cuanto nos rodeaba en aquellas estancias era mágico. La decoración a base de cortinajes muy coloridos, alfombras, cojines.
La iluminación normalmente era con luces naturales,los ventanales que a modo de inmensos lienzos nos detallaron las siluetas de la Alhambra y la sierra de fondo cual corona blanca sobre la colina roja.
La música siempre nos acompañaba, a veces parecía como si tuviésemos en alguna habitación contigua el cuarteto de cuerda, o el piano o los magníficos coros ideados por Bach, Mozart, Handel.
Cuando subíamos por el centro de la ciudad y hasta que lo habíamos atravesado él era muy discreto.
Una vez que pasábamos la casa de paso y ascendíamos hacia el Albaicín, el me rodeaba con su brazo y comenzaba a arrullarme, acariciarme, besarme.
Hacía que aquel ascenso que en cualquier otro momento parecería interminable, pues que pareciese que iba flotando rodeado por sus alas y volando ambos hacia el nido. En donde nuestras citas se convertían en escuela de amor, sexo y placer.
El tiempo se detenía en esos momentos, y casi siempre nos despertábamos abrazados, impregnados del dulce aroma del sexo y sabiendo que teníamos que volver a toda prisa a casa antes de que se despertara la ciudad, pues tenía que estar en mi cama como muy tarde a las seis y media de la mañana ya que mi padre se levantaba a las siete.
Autor: Miguel R
Concurso MicroRelatos Eróticos
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