
17 May Aprender a usar un vibrador sorpresa
Mientras caminaba a casa, Natalia no podía sentirse más cansada. El trabajo había sido especialmente difícil ese día y no quería dedicarle otro pensamiento a sus clientes, que habían sido especialmente exigentes. En cambio, mientras caminaba entre la gente, y casi como un ejercicio voyeur, se puso a pensar en aquel Tuppersex al que había asistido. Aprender a usar un vibrador parecía más simple una vez que era explicado.
Aunque el vibrador que tenía no le gustaba mucho. Deseaba uno distinto más pequeño, más discreto…
Al llegar a su piso, se encontró con una caja muy mona estaba en el suelo de la sala.
«Quise darte una sorpresa, sin ningún motivo más que el de saber que le darás un uso placentero» decía a la nota firmada con las iniciales de su novio. Dentro había un vibrador, igual a aquel que estaba imaginando.
Aprender a usar un vibrador
—Aprender a usar un vibrador es más que simplemente colocarlo contra tu piel, es también aprender a encontrarte contigo misma en la intimidad. Es aprender a disfrutar de ese placer que tu cuerpo tiene la capacidad de darte y que, por una u otra razón, has decidido enterrar. Enterrar bajo una montaña de prejuicios y de miedos. Pero aquí estás… —Pensaba Natalia, en la oscuridad de su habitación.
Vestida con ropa interior que se sentía deliciosa al tacto con la piel, con un clima perfecto —que no era calor ni frío—, una canción sensual escuchándose y el sonido del vibrador rompiéndolo todo, Natalia jugaba consigo, como no había jugado nunca.
La poca ropa y su sensación la mantenían en una excitación constante, y la estimulación, directamente en su centro, la hacía lubricar y gemir de gusto. El placer estaba ahí, era para ella y lo estaba tomando, como tanto se merecía. Es más, podía disfrutar todo lo que quisiese.
Quería llegar al orgasmo. Aumentando la intensidad de la estimulación, sintió como la potencia llegaba hasta lo más íntimo de su arma y de su carne.
Y la explosión fue Hiroshima, concentrada en un pequeño, pero fuerte cuerpo.
Usando un vibrador en pareja
En la oscuridad de la misma habitación, tiempo después, ella sentía que recibía aquello que merecía.
Él la tomaba por las caderas y empujaba, muy profundo, casi tocando el fondo de su cuerpo, ese punto a partir del cual ya no pueden traspasar. Él también sentía la vibración.
Aprender a usar un vibrador no es solo usarlo contigo misma, sino también poder usarlo con tu pareja, y que las sensaciones tan gratas se fundan en ambos.
—Por eso el orgasmo, esa explosión, ese Little Boy cayendo, tiene que ser mío, cuando yo lo quiera, y tiene que venir primero.
Así lo siente, viniendo desde lo más profundo, erizando su piel y adormeciendo sus sentidos. Por un momento, ella juraría que su novio se corrió solo unos instantes después, casi a la vez, quizás gracias a los espasmos dentro, que apretaban y dejaban ir, casi succionando.
Así se aprende a usar un juguete, usándolo, disfrutando y dejándose llevar.
Fin.
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